«La gente sabe ahora que hay un Jardín Botánico en Albacete»

  • Se cumple un año de la devastadora tormenta que inundó por unas horas la capital albaceteña

  • Alejandro Santiago, conservador del Jardín, rememora cómo fue aquella tarde en la que se destruyeron cientos de especies naturales

Alejandro Santiago, Jardín Botánico, tormenta, supercélula, aniversario, inundaciones, AlbaceteCesa la lluvia y sale el sol. Ha sido la tónica de una mañana en la que la primavera ha vuelto a demostrar que no quiere ceder su turno al verano. A lo largo de este año, desde que la denominada «supercélula albaceteña» sorprendió con su potente embestida a los vecinos de la capital, el desastre fue tornando en esperanza, para más tarde dar paso a la alegría, en el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha. Su conservador, Alejandro Santiago, recuerda 365 días después cómo la lluvia y el granizo se llevaron en apenas unos minutos años de esfuerzo. Incluso reconoce —cuando se ve en las fotografías que coparon algunas portadas el día siguiente— que llegó a adelgazar cuatro kilos en dos días por el estrés de intentar salvar lo insalvable, de rescatar al que es hoy todo un entorno superviviente.

¿Cómo recuerda aquél 19 de junio de 2012?

Recuerdo que era un día de calor. Estaba trabajando fuera y por un instante subí al despacho. Empezó a granizar y en media hora fue como si se hubiese acabado el mundo. Un granizo torbellino, de 120 kilómetros por hora, había dejado una estampa de película de terror: nieblas e inundaciones de paisaje apocalíptico. En ese momento se te cae el alma a los pies y piensas que no vas a ser capaz de solucionarlo. Sin embargo, tras el primer impacto, empezamos a movernos, establecimos prioridades y continuamos con meses de trabajo intenso. Ahora podemos ver cómo se ha rescatado mucho más de lo que yo esperaba. Estamos viendo cómo la naturaleza se recupera si la ayudas y cómo el Jardín Botánico sigue siendo un centro de primer nivel.

¿Se ha recuperado por completo?

Hay zonas que todavía necesitan de un trabajo. Ha sido un año en el que la primavera se ha alargado mucho y ese provoca la aparición de muchas plagas, que debemos vigilar constantemente. Pero hay partes del Jardín que incluso están mejor que antes de la tormenta. Eso ha demostrado que estamos haciendo las cosas bien.

Podríamos decir, con ironía, que el Jardín Botánico necesitaba una inundación.

No sé si la necesitaba, porque eso no viene bien nunca. De hecho, el Jardín estaría mucho más bonito si esto no hubiese pasado. Sin embargo, sí puso en conocimiento de los albaceteños que había un Jardín Botánico en su ciudad y que era el único de la región. Que tenían muy cerca el lugar de Castilla-La Mancha con más especies naturales amenazas por metro cuadrado. En lo personal, la tormenta y el trabajo posterior me ha demostrado que con trabajo y tesón se puede conseguir lo que en un principio parecía imposible.

Y ahora que los albaceteños conocen el Jardín, ¿qué deberían hacer en su favor?

Ahora la gente sabe que hay un Jardín Botánico, pero nos queda todavía que la población de Albacete defienda este espacio y las grandes diferencias que lo separan al resto de jardines botánicos del país. Porque éste es un concepto moderno de Jardín, dedicado a la conservación de especies. Y no sólo especies procedentes de países extranjeros, sino endémicas de La Mancha, que aparentemente pueden no ser muy llamativas, pero que sorprende verlas crecer sobre superficies como el yeso, la sal o la arena.

¿Cómo afronta el Jardín Botánico su futuro?

Vamos a inaugurar una representación de los humedales manchegos. En muy poco espacio quedarán reflejadas las Tablas de Daimiel, con todas las especies que provienen de esa zona, recogidas allí y colocadas en su apariencia natural; los yesares y saladares, como la laguna salobre de Pétrola; y las Lagunas de Ruidera, que dispondrán de una noria, un pequeño río, caídas de agua y las plantas que conforman ese ecosistema.